Las reformas educativas dictaminadas desde el único punto de vista «político», no pueden -ni son- buenas en ningún sentido. Así andamos en España en los últimos 30 años. Hemos pasado por 7 leyes educativas, a cuál más distinta, redactadas y basadas en planteamientos políticos partidistas, y alejadas del peso que podrían aportar los expertos en educación de este país.
¿A qué viene todo ésto? Soy profesor de música de secundaria desde hace 13 años y ya he vivido 4 reformas (con cada cambio del poder gobernante de España) sin fundamentación metodológica ni didáctica y amparada únicamente en los caprichos de los políticos de turno. Y me hago algunas preguntas: ¿Por qué no hacer un pacto por la Educación y redactar una Ley consensuada por los partidos políticos de mi país? Podríamos nombrar a pedagogos -o quizás no-, catedráticos en educación y en innovación educativa, doctores de amplia trayectoria profesional, que fueran los encargados de establecer las líneas básicas de actuación que nuestro país debería plantearse en su Educación, en su futuro.
Al parecer, este parecer es toda una utopía y nuestros políticos, siguen encabezonados en «estampar su sello de identidad» apenas cuando llevan unos pocos días en el poder.
En estos días, estamos muchos profesionales preocupados por el anteproyecto de Ley, que nuestro actual Ministro de Educación (Sr. Wert) quiere imponernos en menos de un año. Algunos compañeros ya han hecho análisis profundos de lo que significará. Pero además, estamos divididos, cada cual con el malestar que cada parte de la futura Ley le toca directamente (por ejemplo, desaparece el Bachillerato de Artes Escénicas y las distintas asociaciones de músicos están llevando a cabo movilizaciones en las distintas redes sociales, etc.).
Yo creo, que deberíamos ir al centro de la cuestión y dejarnos de partidismos -por muy graves que nos parezcan, por muy perjudiciales que sean- que nos alejan del ansiado pacto de Estado por la Educación. Es cierto, que mientras nuestros vecinos suizos incluyen la educación musical en su constitución, en España vemos reducidas sus horas en la educación básica, que la educación es un derecho y el futuro de un país, y cuyo acceso gratuito y en igualdad de condiciones se está viendo dilapidado por el gobierno actual… Todo esto está muy bien y es de justicia, pero mientras que no estemos unidos por la base, mientras que nos tengan «entretenidos» y divididos en mil batallas, no conseguiremos más que ignorancia e imposición (recordemos que el PP tiene mayoría en el Congreso).
Los pasados 25 y 26 de Septiembre asistimos a la mayor reivindicación social de nuestra democracia en Madrid y en otras muchas ciudades españolas, ante los graves acontecimientos (recortes, imposiciones, dictadura informativa…) que estamos sufriendo en los últimos meses, debido a la grave crisis? económica en la que estamos inmersos y al devenir de los mercados (verdaderos impositores de la actual situación).
Habría que hacerles ver, a nuestros dirigentes, que determinados aspectos básicos (educación entre otros), no pueden estar a voluntad de nada ni de nadie, puesto que conforman nuestro futuro y la esperanza de un mañana mejor. Ni eso vamos a poder dejarles a nuestros hijos?
Desde estas humildes líneas, sólo quiero reivindicar el poder de la unidad. Ahora más que nunca debemos estar unidos, debemos olvidar nuestras diferencias y nuestro bienestar personal; debemos hacer que se escuche el pueblo, abandonar nuestro aburguesamiento y luchar. Ahora y siempre… Come Together.
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De puta madre, picha!!
Muy bueno el artículo, Antonio. Un abrazo.
Gracias Juaki, gracias Verónica! Nada nuevo y tan lejano…