Como sabéis, en los últimos cursos escolares, mi planteamiento formativo en el aula de música ha evolucionado mucho: hemos incorporado el Flipped Learning, nos movemos en aulas virtuales, nos comunicamos con Whatsapp, tenemos canal de Youtube y cuenta en distintas redes sociales para difundir lo que hacemos (Instagram, Twitter, Facebook…), trabajamos por proyectos y retos (ABP), desarrollamos proyectos que requieren el pensamiento crítico del alumnado, la figura del profe (yo) he pasado a desempeñar labores de seguimiento y como guía del aprendizaje y mi alumnado se ha convertido en el centro de todo el proceso.
Pero todo ello, se daba en un aula con 32 mesas y sillas de toda la vida, con una disposición que no terminaba de convencernos (en grupos de 6 mesas) y que era incómoda para muchas actividades (teníamos que andar moviendo el mobiliario para determinadas actividades de interpretación, etc.).
De esta manera, paralelamente a los proyectos que venimos desarrollando este año, le propuse al alumnado que buscara mobiliario, nuevas disposiciones, que pensara en los espacios de trabajo, etc. para el aula para que repensáramos entre todos el aula y si era posible, comenzar la «transformación». Vinieron lluvias de ideas, bocetos y dibujos, whataspp con nuevos muebles (todos los días me mandaban algo) y fotos de aulas «diferentes» de todo el mundo. Y como los proyectos son y deben ser reales, hemos comenzado a darle forma.
En un principio decidimos cambiar parte del mobiliario (mesas y sillas convencionales) por puffs y mesas bajas que facilitaran el trabajo con los dispositivos móviles, que nos dieran un ambiente diferente y que permitieran, en un espacio reducido, poder almacenar gran cantidad de mobiliario. Ello haría, que se pudiera distribuir por el aula y a la vez, que para determinadas actividades en las que necesitáramos el espacio, se pudiera recoger rápidamente.
Así, se compraron 11 puffs huecos (para poder guardar lar mochilas en su interior y no ocupar más espacio del necesario) y se diseñaron mesas bajas (50 cm de altura) con disposición en «L» y modulares para poder moverlas por el aula según necesidad. Se compró un tablero de DM, se dibujaron y diseñaron en papel continuo las distintas mesas y se traspasaron al tablero para su corte. Unos listones cortados a 50cm harían de patas sujetos con escuadras y tornillos a los cortes del tablero. Luego vendría el lijado y el pintado de esas mesas.
Y ahí estamos. Esta semana pasada, con los tableros cortados y lijados, y las patas atornilladas con las escuadras, hemos procedido a pintarlos y ya los tenemos listos para incorporarlos al aula.
Soy de los que piensan, que el alumnado debe ser protagonista, incluso en esto. Creo, que cuando se implica y se les da voz, los proyectos fluyen, ellos se responsabilizan y nace su creatividad. También, por ende, creo que podría haberlo comprado todo hecho, pero ni tendría el mismo valor, ni los cuidarían tanto como algo «suyo», que ellos han diseñado y creado y que cuidarán (o eso espero) por el trabajo y esfuerzo que les ha supuesto.
Entiendo la educación del siglo XXI como retos para todos. y esto es buena muestra de ello (creo).
En estas semanas, terminaremos de dar forma al aula (nos queda que pintar una pared para nuestros trabajos con chromaKey, decorar los pilares y adaptar más ambientes) y os lo mostraré en una entrada futura.
Se aceptan sugerencias!
Seguimos!!
Tags: ambiente aula chromakey flipped retos
[…] En la entrada anterior, os expliqué que había propuesto al alumnado un cambio en la disposición del aula, en el mobiliario y en los espacios (casi rincones como los que se utilizan en infantil). Podéis leerla (por si queréis recordar de lo que os estoy hablando) aquí: https://www.musikawa.es/cambio-de-ambiente-en-el-aula-de-musica-i-musikawa/ […]