Nuestro amigo y colaborador Daniel Rodríguez, nos deja esta estupenda crónica del concierto de Maná el pasado 10 de septiembre en Málaga. Disfrutarla!!
Sábado 10 de septiembre de 2011. 19:30 horas. Aledaños del Estadio de Atletismo “Ciudad de Málaga”. Llego con la ilusión de encontrar un sitio donde poder sentarme, dada la espera que avecinaba. Error. Me equivocaba. Decenas de personas aguardan ya cola en los distintos accesos de entrada al Estadio. ¡Dios mío, a qué hora ha llegado esta gente aquí! (me pregunté). Y es que la ocasión no era para menos. Iban (íbamos) a asistir a uno de los mejores conciertos a los que últimamente he podido asistir. Maná y su tour “Drama y Luz” se dejaba caer por tierras andaluzas y semejante ocasión no se podía desperdiciar.
Recién llegados de tierras murcianas de su última actuación, su presentación por nuestra tierra se esperaba, se ansiaba. No es la primera vez que han actuado en Málaga, ya lo hicieron en 2007 (creo) y atiborraron el Estadio de La Rosaleda. Lleno hasta la bandera.
Éste no iba a ser menos, y eso que a priori creí que no iba a haber tanta gente, aunque las colas desde primera hora parecieran decir lo contrario. El inicio del concierto se esperaba para las 22:00 h y la apertura de puertas estaba fijada por la organización para las 20:30 h.
Como viejo zorro ya en estas lides, me fui acercando (nos fuimos acercando, éramos 5 personas) al inicio de la cola con el pretexto de preguntar a qué hora abrían las puertas y pude ser casi de los primeros en entrar una vez éstas se abrieron. Directo a las gradas (que tampoco está ya uno para dar tantos saltos, cual párvulo imberbe), enfrente del escenario. Como diría aquel: “un sitiazo chiquillo”.
Pasados 45 minutos de la hora oficial prevista (22:00) se apagaron todas las luces. Todo quedó oscuro. Enmudecido. Tan sólo se veían brillar a lo lejos los destellos de las cámaras y los teléfonos móviles, ávidos de deseo de que el telón bajara.
Y por fin los primeros acordes y con ellos la locura. Para abrir boca, “Lluvia de esperanza”, incluida en su último disco que da nombre a la gira.
A ésta le siguieron algunos de sus famosos clásicos como “Oye mi amor”, “De pies a cabeza”, “Dame una señal” (con Fher a la guitarra), para seguir con otros tres temas nuevos del último disco: “El espejo” (espectacular la infografía usada para esta canción con gárgolas y nubes grises sobre un castillo de fondo), “Sor María” (con una gran fila de frailes encapuchados sosteniendo unas iluminarias aprovechando el atrezzo anterior) y “Vuela libre paloma” (he de confesar que este tema me puso los pelos de punta oírlo en directo; me hizo llorar).
Y vuelta a los clásicos: “Rayando el sol”, “Bendita tu luz” y “Mariposa traicionera”.
Sin ni tan siquiera haber reparado en ello ya llevábamos una hora de concierto. ¡Madre mía que caña dan ésta gente! (volví a pensar para mí). Y seguían…. “Latinoamérica” (de su último disco, todo un himno frente a la conformidad de nuestros hermanos lationamericanos), “Corazón espinado” (ésta me hizo incluso hasta bailar en mi asiento), “Me vale” (cantada por Álex, batería, y en la que subió al escenario el músico local Juan Carmona -guitarra eléctrica- como ganador de un concurso organizado por el propio grupo mediante el cual les acompaña en cada concierto un músico local), y lo que fue para mí uno de los momentos apoteósicos de la noche: pedazo de solo de batería que se marcó Alex (incluso tocando de espaldas o bebiendo un botellín de cerveza). ¡Un animal!.
Esto le dio una pequeña tregua al resto del grupo, que apareció en un pequeño escenario en el centro del Estadio (en plan Unplugged) donde interpretaron “Te lloré un río”, “El rey”, “Se me olvidó otra vez”, “Eres mi religión”, “Vivir sin aire” (invitaron a una chica que subiera con ellos y Fher se la cantó a ella mientras bailaban agarradito. ¡Ay pendejo!).
Llevábamos más de 1 h 30 min de conciertazo y se acercaba su fin, no sin antes interpretar “Te deseo” (Fher salió con la camiseta de la Selección Española de Fútbol para homenajearla y felicitarnos por la consecución del pasado Mundial; como lo dijo él –textualmente-: “…con dos cojoneeesss…”), “Déjame entrar” y “Clavado en un bar” (apoteósico fin de fiesta).
Y no pudieron faltar los bises. Hasta dos hubo: “Labios Compartidos” y “En el muelle de San Blas”.
Casi dos horas ininterrumpidas de concierto. Dos horas de éxtasis general y emociones.
He de confesar que nunca fueron santo de mi devoción, salvo los típicos éxitos que sonaban años ha en radio o televisión. Pero estos “chamaquitos” me terminaron de convencer con un despliegue de luz, color, arte y derroche sobre el escenario.
¡¡¡¡Bien por vosotros pendejooooos!!!!
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Muy buena crónica del concierto de Maná, se nota que disfrutaste muchísimo. Enhorabuena artista!!!
Muchas gracias Zoraida.
La verdad es que fue un concierto que me gustó.Me sorprendieron gratamente,y mantuvieron saltando a la gente durante las casi 2 horas que duró.
En cuanto se vuelva a dar la ocasión,habrá que repetir.Seguro.
Enhorabuena, muy buena crónica, esperamos leer mas articulos tuyos.