El calor nos ha pillado de improviso cambiando armarios a toda prisa y sacando a relucir nuestro “palmito”. Hoy, hemos rescatado esta receta de @Lidiadelao aprovechando que ya tenemos las chirimoyas en casa y que apetece tomar un helado. Te animas?
INGREDIENTES:
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Una chirimoya grande (la mía pesaba 750 gr.). Después de quitar los huesos se me quedó una pulpa de 500 gr.
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Unas gotas de zumo de limón
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Medio bote de leche condensada, unos 200 gr.
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200 ml. de nata para montar
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Azúcar al gusto (yo puse dos cucharadas soperas de azúcar glass).
PREPARACIÓN:
Pelamos la chirimoya y quitamos todos los huesos, dejando la pulpa limpia. Añadimos las gostas de zumo de limón para que no se nos oxide. Ahora trituramos la pulpa y la batimos con la leche condensada. Reservamos.
Montamos la nata con la ayuda de una batidora de varillas, añadiéndole dos cucharadas soperas de de azúcar glass (si no tenéis añadís azúcar normal). Ahora mezclamos con movimientos envolventes la nata con la mezcla de leche condensada y chirimoya.
Si no disponemos de heladera meteremos la mezcla en el congelador y sacaremos cada hora, batiendo con un tenedor para romper los cristales que se puedan formar, así hasta que veamos que ha adquirido la consistencia de helado.
En caso de tener heladera, meteremos la mezcla en el frigo durante unas cuatro horas, y después sacamos la cubeta de la heladera del congelador (la habremos tenido mínimo 24 horas), ponemos en marcha la máquina y la tendremos durante aproximadamente 45 minutos, metiéndola después una par de horas en el congelador, obteniendo así la textura perfecta para ser degustada. En este caso lo hemos acompañado de un chupito de vino moscatel que le va muy bien.
Esta receta y muchas más, puedes encontrarlas en ATRAPADA EN MI COCINA