Nuestro buen amigo y compañero, Eugenio Pérez Alcalá, nos envía este artículo en el que nos relata sus andanzas y experiencias por tierras italianas. No tiene desperdicio!!
No te metas a mi facebook
Una canción con más de 2 millones de visitas en Youtube, en poco tiempo.
El autor es un colombiano Esteman, Esteban Mateus Williamson, nacido en 1984, junto con varios amigos han creado una banda muy original con espacio propio en la red http://www.myspace.com/estemanmusic y en Facebook, faltaría más: http://www.facebook.com/pages/Esteman/129558244272?v=info
La letra es muy pegadiza, así como el ritmo, no tiene grandes complicaciones, salvo en el empleo de términos en inglés, motivado porque en Colombia y, en general, en toda Hispanoamérica, la mayor parte de los vocablos informáticos se han mantenido en el idioma original. El ritmo es una mezcla de twist lento y de una especie de “pop simpático”, parecido a lo que en los años 80 llegó a llamarse en España el “rock Nenuco”. Pero no se trataría de un fenómeno tan amplio, si no fuera por el vídeo que colgaron en la red, donde hacen una puesta en escena muy ingeniosa, a la manera de los parties de los años sesenta, con unas chicas vestidas al modo oportuno y con una ambientación modesta, pero muy bien equilibrada. La visión del corto es agradable y llegan a dar ganas de ponerse a bailar, sobre todo, cuando se repite el estribillo y vemos la coreografía que proponen.
Circulan por Internet varios remedos, en los que chicos de institutos de secundaria de diferentes países hacen su versión con mejor o peor fortuna y eso que, como quien dice, la canción es una recién llegada. Se intuye una fiebre a la manera del Macarena, Salomé o más recientemente el Aserejé. La fórmula es parecida: canción desenfadada, ritmo pegadizo, una frase afortunada en el estribillo para recordar y una propuesta de coreografía con algún paso propio…. dirigida a un público joven, pero con la suerte de poder conectar con un espectro más amplio, un destinatario universal porque las redes sociales (Social Networking) y, a la cabeza de ellas, Facebook, son usadas por gente de muy diversas generaciones, con intereses personales muy variados… Sin embargo, la letra con aparente ingenuidad, consigue deslizar una sutil crítica al modo de empleo de Facebook y las palabras como husmean o rastrean suenan con un tono descalificador.
Desde mi práctica diaria como profesor de Lengua y Literatura en una Sección Española en Italia me he planteado situar a mis alumnos ante el hecho cultural español y, siempre que sea posible, el término más amplio de hispánico. Así procuro llevarles una vez a la semana música, cine o prensa en español que pueda resultarles atractiva y tenga algún contenido “kultural con k”, —como plantean algunos teóricos de ELE (Español Lengua Extranjera)—. Por ello debemos entender un componente cultural que no ha de ser canónico, que no tiene por qué estar encuadrado en ese santuario de la cultura oficial. Hemos trabajado canciones de Macaco, Amaral, Fito, Vetusta Morla o Niños Mutantes, pero también clásicos como Serrat, Miguel Ríos o Coz (¡qué agradable volver a escuchar tantos años después Las chicas son guerreras!) también Miguel Poveda, Estrella Morente, las guitarras de Vicente Amigo o Tomatito nos han acompañado algún día.
Esta canción, junto a Moving, de Macaco, o Amigos para siempre, de Los Manolos tiene un doble atractivo: la mezcla de lenguas, porque esto favorece la percepción de un mundo donde las barreras lingüísticas no tienen que ser impedimento para la comunicación entre las personas, lo que nos remite a Internet, a la Web 2.0, al Plurilingüismo, a los contenidos no lingüísticos AICLE/CLIL (muy recomendable el blog de Sonia Casal http://soniacasal.wordpress.com/ ) y a tantas cosas nuevas que vamos aprendiendo cuando empezamos la aventura de enseñar lejos de nuestra tierra.
Hace dos semanas les proyecté una película de este estilo, Las mujeres de verdad tienen curvas, de Patricia Cardoso. Nuevamente la fusión de culturas, creencias y lenguas convertían la pantalla en una suerte de melting pot, por donde fluían las vidas de las protagonistas con una extraordinaria sencillez y, a la par, planteaba diferentes conflictos sin caer en la lágrima o en el melodrama, ni en los heroísmos falsos tan al uso. Los alumnos y las alumnas, —sobre todo, ellas— la entendieron con admirable sensibilidad y sus intervenciones en el foro que habilité posteriormente me llenaron de alegría porque la película no era fácil de entender para un chico italiano de 15 años: diferentes lenguas usadas sin solución de continuidad, giros y expresiones de las minorías hispanas que viven en California, hábitos culturales alejados de su entorno y relaciones personales mediatizadas por atavismos sociales. Pues bien, el resultado ha sido muy satisfactorio y eso me ha animado a dar otro paso: cantar y bailar ellos mismos y preparar un festival para el próximo mes.
Encontré esta canción por casualidad y junto con seis alumnos (una no pudo, finalmente) en 24 horas presentamos a la clase por sorpresa un pequeño sketch con la proyección del video y una coreografía elemental. El objetivo es calentar motores para que sean conscientes de que pueden hacerlo y a la primera reacción, que no puede ser otra que una carcajada, porque la canción se la merece, sigue el hormigueo en los pies y el levantarse de la silla para mover el cuerpo, a la vez que la letra se va memorizando; y todo sin ser conscientes de que están aprendiendo un texto en lengua extranjera con algunas palabras que no saben lo que significan. Tras la primera audición vienen las preguntas, las aclaraciones, las palmas y una cierta euforia, lógica, porque la expectación y la puesta en escena (las tres chicas y dos chicos en un momento del desarrollo de la clase me piden permiso para salir y vuelven a los cinco minutos vestidos y maquillados convenientemente) han creado un clima excelente. La propuesta posterior de «quién se anima a hacer alguna otra cosa parecida con más tiempo», tiene una buena acogida y ya la estamos preparando.
La reflexión final me lleva a considerar que en ocasiones, un hallazgo casual permite encontrar materiales afortunados para tener otras vivencias en clase. Pero también es verdad, que hay que tener una predisposición adecuada y una dosis de valentía para arriesgarse. Anima mucho el dar con un grupo bueno, donde haya quien sepa tocar algún instrumento, a quien le guste cantar o, incluso algún rapero que haga rimas y, si además, te sientes respetado en tu trabajo y tratado y acogido con un enorme cariño por ellos, todo el esfuerzo merece la pena.
Como creo que hay que ser agradecido, aquí van sus nombres, —el reparto de los artistas de esta película—, son: Matilde, Andrea, Valentina, Annapaola, Fabio, Laura, Giovanni, Ilaria, Francesco, Roberta, Elena, Michela, Daniele, Eleonora, Paola, Francesca, Emmanuele, Silvia, Raffaele, Priscilla, Federica, Martina, Francesco, Carolina y Roberta. Y yo, con ellos, vivo cinco horas a la semana en clase y muchas más en casa pensando e imaginando aventuras, para ellos.
P.S. Tenemos un blog con el intercambio que hemos hecho recientemente: (decagliariarota.blogspot.com)
Desde musikawa, esperamos verte pronto por tierras andaluzas y te deseamos lo mejor. Ese festival habría que verlo!!
Un saludo
Tags: didáctica educación esteman Experiencias facebook materiales
Genial Eugenio!! Atrevido (el video no es para menos) pero con un resultado extraordinario. Y es que la motivación de nuestros alumnos, nunca se sabe donde se va a encontrar!!
y Al final, hasta aprenden español.
Lo que no se consiga con la múisca…
Enhorabuena monstruo y nos vemos pronto.